viernes, 31 de marzo de 2017

Fabián Manrique, un luchador que tuvo el apoyo de un olímpico

El atleta de Merlo quería ir al GP Sudamericano de Montevideo y planeaba vender rifas para estar. Luis Molina se enteró y le regaló el pasaje. El juvenil viajó y ganó en los 5.000 metros

Fabián Manrique lo conocía de las revistas. Lo miraba como a esos ídolos a los que nunca vas a tener cerca o cruzar una palabra. Pero las vueltas de la vida lo llevaron a cruzarse en un Campeonato Metropolitano de Cross en 2015. Lógicamente, el experimentado atleta se impuso sin dejar dudas.

Pasó el tiempo y el pequeño Fabián empezó a desarrollarse. Se consagró bicampeón nacional U23 en 1500 metros y en una carrera de 2016, la distancia le jugó a favor e inesperadamente lo superó. Manrique le ganó al olímpico Luis Molina en los 10k de la Bimbo Race y obtuvo la chance de poder viajar a competir al exterior.


Molina se mudó transitoriamente a Castelar y eso lo llevó a entrenar a la pista del Polideportivo Gorki Grana, donde casualmente también se entrena Manrique. Una charla llevó a la otra, claro ya se conocían, y hoy (se) aprovechan mutuamente para hace varios fondos juntos. Así se fue forjando también una relación más estrecha, de más confianza.

Entrenado por Guillermo Roldán, Fabián emprendió una dura pretemporada, con la participación en los Grand Prix como primer objetivo. Pero al corredor le surgió el mismo problema que a tantos otros atletas, la falta de dinero para viajar. Así fue como se planteó la chance de hacer un sorteo para costearse el pasaje a Montevideo.


En uno de los tantos entrenamientos con Molina, la charla se dio con naturalidad. "¿Qué objetivos tenes por delante?", consultó el maratonista olímpico, a lo que el atleta de zona oeste respondió: "Quiero ir a Montevideo a correr el Grand Prix. Estoy con el pedido para competir, y voy a ver cómo junto el dinero para viajar".


Un tiempo después, tras un entrenamiento, lo sorprendió con un regalo. "Acá tenes los pasajes", le dijo el atleta de Lobos. Fabián se puso colorado, emocionado, y antes de que pudiera decir algo, escuchó: "A mi me hubiera gustado que de chico, alguien lo hiciera conmigo. No me sobra nada, pero quiero que vos tengas esta posibilidad de ir y correr".

Pero la historia, lejos de terminar allí, recién comenzaba. Fabián cruzó el charco y enfiló para la pista Darwin Piñeirúa. Si bien en su cabeza estaba sólo el correr 5000 metros llanos, se sintió con ganas y sumó su presencia para participar en los 1500, logrando un tiempo de 3:52.61 (mejor marca personal o personal best -PB-) y un cuarto puesto. Tras ocho meses se reencontró con la pista y las sensaciones fueron buenas. Ese sábado se fue a dormir con una sonrisa, ilusionado.

El buen ánimo que tenía se esfumó en un abrir y cerrar de ojos el domingo 26 de marzo, cuando a pesar de tener marca para correr en la primera serie, lo pasaron a la segunda. Nadie se hizo eco de su reclamo y debió ver como los demás largaban y él tenía que esperar.

El ritmo de la primera serie lo marcó otro atleta argentino, Natalio Pensa. El representante de Quirón corrió los 5000 metros en 14:52.26, seguido por el uruguayo Nicolás Cuestas. Era el mejor tiempo, al menos hasta que largó Fabián.

El oriundo de San Antonio de Padua manejó el tiempo durante las doce vueltas y media. Se sintió cómodo, veloz y pasó la meta en 14:41.64.

Fabián volvió con una sonrisa al país, esperando cruzarse otra vez con ese corredor que alguna vez miró como inalcanzable, al que una vez pudo superar y que en esta oportunidad le hizo realidad la posibilidad de viajar para competir.

Nota:  - La nación

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