La memoria y lucidez de Gladys “Dida” Erbetta, de 88 años, está intacta. Ella misma dice: “Todavía podemos contar gracias a Dios”.
Mucho se habla de la digna y meritoria participación de Gladys en los Juegos Olímpicos de 1952 de Helsinki (Finlandia), pero muy poco se comenta de su no participación en Melbourne (Australia), cuatro años después. Contó la anécdota de no haber podido viajar por su descompostura al momento de querer subir al avión, luego de su experiencia en los Juegos anteriores. Pese a esto, manifestó: “Las Olimpiadas para mi, estuvieron perfectas”.
El mensaje para quienes hoy participan fue claro: “No es fácil obtener medallas. Te encontrás con todos los monstruos, ellos tienen otra preparación. Ahora los chicos tienen la posibilidad de entrenar afuera, nosotros íbamos al Campo Universitario, donde no había nada. Nos lavábamos en los bebederos de los caballos. No se pueden comparar las marcas de antes con las de ahora”. En cuanto al día de participación de todo atleta, destacó: “Podes haber entrenado bien, estar perfecto; y ese día no se te da. Ese momento en que pensas, te vienen miles de cosas a la cabeza”.
Gladys Erbetta se la recuerda por haber sido tapa del Gráfico. Agradecida por el Centro de Educación Física que lleva su nombre y la maratón de Santo Tomé, que también lo hace. Todos merecidos homenajes en vida.
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