jueves, 9 de febrero de 2017

Mo Farah Corriendo a 2 minutos por kilómetro gracias a la ‘supravelocidad’


Si hay una variable que diferencia a los mejores corredores del mundo en pruebas de mediofondo y fondo de los que finalmente se convierten en campeones, esa es la velocidad terminal. Y es que entre estos fenomenales  atletas apenas existen diferencias a la hora de aguantar una altísima velocidad de crucero durante varios kilómetros, pero sí que las hay cuando hay que jugársela en la última sección de la carrera. Este es el momento donde solamente el más rápido entre los rápidos se lleva el gato al agua.

Así, a estos altísimos niveles, ser o no súper rápido es la diferencia entre llegar a ser Campeón del Mundo u Olímpico, o no serlo, entre estar en lo más alto de la historia del atletismo, o no estarlo. Eso bien lo sabe Mo Farah, uno de los corredores más talentosos de la última década. Su extrema rapidez ha llevado a este somalí de nacimiento y británico de adopción, a ser el corredor más poderoso del planeta en dos de las distancias más ‘caras’ del fondo mundial, los 5.000 y 10.000 metros. Las Olimpiadas de Londres, así como las celebradas este año en Río de Janeiro vieron como este fino atleta de 175cm y 58kg de peso era capaz de llevarse las dos medallas de oro en sendos juegos, una hazaña impresionante. Si a eso le sumamos algunas medallas de oro más en los mundiales y en estas distancias, y que a mediados de julio de 2013 fue capaz de batir el récord de Europa de los 1500 metros –este hacía 16 años que lo ostentaba nuestro Fermín Cacho- tenemos ante nosotros a uno de los atletas más difíciles de batir de los últimos años.
Con este contundente palmarés no es de extrañar que Farah guarde algún secreto para conseguir ser tan superior a sus rivales en las citas más importantes. Muchos hablan de su capacidad para acumular hasta una quinta parte más de kilometraje que sus rivales sin tener riesgo alguno de lesión y otros su éxito se fundamenta en los trabajos de velocidad. En este sentido, no vamos a negar esto último cuando sabemos que este excepcional corredor es de los pocos que tienen alguna marcha más guardada en el bolsillo. Cuando todos sus contrincantes van con ‘el gancho’ a ritmos cercanos a los 2 minutos y medio por kilómetros, el británico todavía es capaz de hacer un cambio y alcanzar velocidades cercanas a los 130 segundos por kilómetro en la última vuelta.
Fuente: www.runners.es
Foto: Roman Rodriguez (Juegos olimpicos Rio 2016)

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