Por Javier Guattini
La crónica dice que en una hermosa mañana para practicar
deporte al aire libre un grupo de entusiastas atletas cambiaron ruidos de
motores por respiración profunda, choques y despistes por porrazos y
embarradas. Ésta vez no se quemó combustible sino gran cantidad de calorías y
tampoco se derramó ni una gota de aceite pero sí litros de sudor.
Desde temprano el renovado autódromo de Concordia se puso la
camiseta del 1º Duatlon Aventura organizado por SP Eventos y fue testigo de
aventura en su máxima expresión, donde organizadores arriesgados e intrépidos
corredores amalgamaron su pasión para crear lo que se dice sencillamente, una fiesta.
Los diferentes atletas fueron llegando poco a poco desde
diversos puntos de nuestra ciudad, quienes lo hicieron desde afuera pasaron a
retirar sus correspondientes kit, y de paso también fueron dejando sus máquinas
en un prolijo parque cerrado.Una última charla técnica y exactamente a las 9:30 como
estaba pautado se dio inicio a la competencia. Los primeros 4 km de pedestrismo
marcaron la tendencia de los primeros puestos. Los atletas individuales con
transiciones impecables tomaron sus bicicletas de mountain para salir a
pedalear un durísimo recorrido de 25km. La bici lo tuvo todo, barro, agua,
ripio y asfalto. Una nueva transición para volver al pedestrismo rural de 5.8km
daba por finalizada la competencia.
Para los participantes en postas el recorrido fue el mismo
aunque la tensión de quien esperaba provocaba miradas lejanas en busca de
divisar a su compañero.
Los nombres propios de las pruebas combinadas, los jóvenes
atletas de nuestra ciudad y los que vinieron a participar de ésta fiesta con
gran recorrido en este tipo de disciplinas ocuparon los primeros lugares, pero
que sería de cualquier prueba sin todos los demás "anónimos"
participantes?, por lo que hacer mención de ganadores y perdedores sería faltar
a la verdad ya que quién se atreve a largar y se esfuerza por llegar es tan
importante como aquél que llega adelante.
Sobre el medio día el aire tomo olor a lenteja guisada y las
enormes cucharadas engullidas por embarrados y exhaustos pero felices atletas
denotaron que también la organización tuvo buenos cocineros.
La jornada se extinguió entre sonrisas, felicitaciones,
abrazos, promesas personales de mejorar y como siempre de volver a encontrarse
cuando la actividad los llame.
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