Y lo cierto es que en el caso del maratón sorprenden por su extrema dureza. Sobre todo si las
comparamos con lo que se pide para estar en los Juegos Olímpicos de París. Es evidente que todo está yendo muy deprisa y lo que hace un par de años en ámbito femenino se consideraba casi imposible (bajar de 2h20), ahora es algo habitual.
Empezando por esa mínima para poder estar en la línea de salida de la prueba de fémeninas, para París se pide rebajar las 2:26:50 y de cara a Tokio 2025 se rebaja tres minutos y 20 segundos. 2:23:30.
Por ejemplo, en clave francesa no habría ninguna atleta con esas credenciales si el Mundial fuera este verano, y en clave española, solo Majida Maayouf 2:21:27 Una marca muy muy complicada y solo al alcance prácticamente de atletas africanas (o de origen africano) hoy en día.
Solo seis europeos bajaron de 2:06:30 en 2023
En ámbito masculino, el salto es igual de bestia. Si de cara a París se estaba pidiendo bajar de 2:08:10 (a un ritmo de 3:02/km), en Tokio se exigirán 2:06:30. Ojo al dato. Solo 80 atletas bajaron de esa marca en 2023. De ellos, solo seis europeos; Tariku Novales entre ellos). Una bestialidad de registros los que se exigirán y que harán que la batalla aún sea más feroz entre los maratonianos y las maratonianas.
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