Patricio Torrico recoge residuos seis de los siete días a la semana desde hace 20 años, pero también practica trail running. Viene de ganar la 6ª edición del Raid Columbia cubriendo una distancia de 56 km
De 6 a 12, Patricio Torrico se pone la misma ropa de trabajo de los últimos 20 años. Si le dieran a elegir, él dice que optaría por un cambio, pero tampoco se queja de lo que le toca vivir a sus 49 años. El Pato, como lo conocen casi todos, es recolector de residuos; anda de lunes a viernes corriendo detrás del camión levantando bolsas llenas de basura que dejan las familias que viven en la zona norte de la ciudad. Ese ejercicio es su trabajo y parte de su otro oficio: el de corredor.
Torrico ganó hace un par de semanas la sexta edición del Raid Columbia que unió las incomparables geografías de Salta y Jujuy, donde la exigencia fue cubrir 56 kilómetros repartidos en tres etapas. Torrico no tenía pensando participar en esta edición porque ya se le viene cruzando por la cabeza la idea de abandonar el atletismo; fue quinto y cuarto en las carreras de 2014 y 2015, respectivamente. Pensaba que estaba todo hecho, pero el impulso de su hija mayor, acompañado por el resto de su familia, lo llevó a presentarse sin saber que el triunfo se cruzaba en su camino.
La competencia de trail running arrancó en los 2.121 msnm en los que se encuentra la localidad de Chorrillos, con Campo Quijano como meta. En el día 2 la carrera lo llevó a unir Tumbaya con Purmamarca en la vecina Jujuy, sede de las últimas dos etapas. A esa altura el atleta radicado en Salta venía dando pelea pero sin poder hacerse dueño de la punta. La jornada final fueron los 10 kilómetros de Salinas Grandes donde Torrico hizo la diferencia suficiente para ser el ganador de su categoría (40-49) y de la general.
Con la gloria del triunfo encima, el campeón no tardó mucho en volver a ponerse ese traje de recolector que utiliza seis de los siete días de la semana. Los circuitos de recolección van rotando; por eso en los días posteriores a su triunfo se lo ve a Patricio por los barrios Parque Belgrano, Castañares y Manuel J. Castilla junto a su compañero y el chofer del camión.
“No tenemos un recorrido fijo ya que por mes van cambiandolo, pero por día cubrimos unas 350 cuadras aproximadamente. Eso me sirve para trabajar en la resistencia, pero después tengo que salir a entrenar por mi cuenta”, contó Patricio a El Tribuno. Entre bolsa y bolsa alguna herida suma porque “siempre uno se lastima con espinas, vidrios y latas que la gente no envuelve bien”.
La jornada es intensa para Torrico. Tras las casi seis horas que le demanda el trabajo regresa a su casa de barrio Los Pinares donde lo espera su esposa y uno de sus hijos. La otra, la mayor, cursa el cuarto año de medicina en La Rioja, un hecho que lo llena de orgullo sin perder esa humildad con la que llegó a Salta, de la mano de una tía, desde Cochabamba cuando tenía 14 años.
Después del almuerzo y un par de horas de descanso vuelve a salir, pero esta vez para apuntalar el atletismo. “Recorro entre 15 y 20 kilómetros diarios por diferentes sectores de la ciudad”, agregó el campeón del Raid Columbia. En los ratos que le queda disponible entre el laburo y los entrenamientos aprovecha para ganarse unos pesos más haciendo trabajos de herrería.
Como todo, le costó agarrar el ritmo de trabajo y también del atletismo. “En mis primeros días de recolector me costó llevar el ritmo de los que ya venían trabajando y eso que antes se levantaba basura en un circuito de casi 500 cuadras”, comenta y recuerda el atleta.
Torrico no es de los atletas que “nació corriendo”. “Hace unos 17 años tuve un accidente al chocar con la moto; después de eso comencé a correr. Hoy hago esto para tener buena salud, por los amigos y por los lugares que voy conociendo”, dijo quien corrió en muchas de las pruebas de calles, duatlones y de trail running que se desarrollan en Salta y alrededores.
Con años de experiencia se podría pensar que Torrico tiene al menos una o dos personas que lo apoyan en su carrera atlética, pero no. Todo lo hace solo, nunca tuvo un entrenador, ni un nutricionista ni aquello que tienen otros que han ganado los mismos premios en competencias nacionales como la última. Y al estar solo se banca el alto costo de algunas inscripciones más todo lo que envuelve a una competencia por etapas, entre ello el costo de alojamiento.
Correr es su pasión. No importa si es detrás de un camión levantando miles de bolsas de basura o por alcanzar la meta en los desafíos que le presenta el atletismo. Seguirá corriendo hasta que el cuerpo y la cabeza digan basta, pero en ese lapso habrá mucho por ganar.
Torrico ganó hace un par de semanas la sexta edición del Raid Columbia que unió las incomparables geografías de Salta y Jujuy, donde la exigencia fue cubrir 56 kilómetros repartidos en tres etapas. Torrico no tenía pensando participar en esta edición porque ya se le viene cruzando por la cabeza la idea de abandonar el atletismo; fue quinto y cuarto en las carreras de 2014 y 2015, respectivamente. Pensaba que estaba todo hecho, pero el impulso de su hija mayor, acompañado por el resto de su familia, lo llevó a presentarse sin saber que el triunfo se cruzaba en su camino.
La competencia de trail running arrancó en los 2.121 msnm en los que se encuentra la localidad de Chorrillos, con Campo Quijano como meta. En el día 2 la carrera lo llevó a unir Tumbaya con Purmamarca en la vecina Jujuy, sede de las últimas dos etapas. A esa altura el atleta radicado en Salta venía dando pelea pero sin poder hacerse dueño de la punta. La jornada final fueron los 10 kilómetros de Salinas Grandes donde Torrico hizo la diferencia suficiente para ser el ganador de su categoría (40-49) y de la general.
Con la gloria del triunfo encima, el campeón no tardó mucho en volver a ponerse ese traje de recolector que utiliza seis de los siete días de la semana. Los circuitos de recolección van rotando; por eso en los días posteriores a su triunfo se lo ve a Patricio por los barrios Parque Belgrano, Castañares y Manuel J. Castilla junto a su compañero y el chofer del camión.
“No tenemos un recorrido fijo ya que por mes van cambiandolo, pero por día cubrimos unas 350 cuadras aproximadamente. Eso me sirve para trabajar en la resistencia, pero después tengo que salir a entrenar por mi cuenta”, contó Patricio a El Tribuno. Entre bolsa y bolsa alguna herida suma porque “siempre uno se lastima con espinas, vidrios y latas que la gente no envuelve bien”.
La jornada es intensa para Torrico. Tras las casi seis horas que le demanda el trabajo regresa a su casa de barrio Los Pinares donde lo espera su esposa y uno de sus hijos. La otra, la mayor, cursa el cuarto año de medicina en La Rioja, un hecho que lo llena de orgullo sin perder esa humildad con la que llegó a Salta, de la mano de una tía, desde Cochabamba cuando tenía 14 años.
Después del almuerzo y un par de horas de descanso vuelve a salir, pero esta vez para apuntalar el atletismo. “Recorro entre 15 y 20 kilómetros diarios por diferentes sectores de la ciudad”, agregó el campeón del Raid Columbia. En los ratos que le queda disponible entre el laburo y los entrenamientos aprovecha para ganarse unos pesos más haciendo trabajos de herrería.
Como todo, le costó agarrar el ritmo de trabajo y también del atletismo. “En mis primeros días de recolector me costó llevar el ritmo de los que ya venían trabajando y eso que antes se levantaba basura en un circuito de casi 500 cuadras”, comenta y recuerda el atleta.
Torrico no es de los atletas que “nació corriendo”. “Hace unos 17 años tuve un accidente al chocar con la moto; después de eso comencé a correr. Hoy hago esto para tener buena salud, por los amigos y por los lugares que voy conociendo”, dijo quien corrió en muchas de las pruebas de calles, duatlones y de trail running que se desarrollan en Salta y alrededores.
Con años de experiencia se podría pensar que Torrico tiene al menos una o dos personas que lo apoyan en su carrera atlética, pero no. Todo lo hace solo, nunca tuvo un entrenador, ni un nutricionista ni aquello que tienen otros que han ganado los mismos premios en competencias nacionales como la última. Y al estar solo se banca el alto costo de algunas inscripciones más todo lo que envuelve a una competencia por etapas, entre ello el costo de alojamiento.
Correr es su pasión. No importa si es detrás de un camión levantando miles de bolsas de basura o por alcanzar la meta en los desafíos que le presenta el atletismo. Seguirá corriendo hasta que el cuerpo y la cabeza digan basta, pero en ese lapso habrá mucho por ganar.
Los triunfos de Torrico
En sus inicios Torrico disputó varias ediciones del Biatlón de la Cumbre, la prueba de calle más emblemática que tiene Salta. Disputó también algunos duatlones (pedestrismo y ciclismo) con varios triunfos en su haber. Hace aproximadamente seis años se volcó al trail running, competencia que consiste en correr “fuera de pista”, por senderos de montaña, huellas, rastros o caminos secundarios, a través de montañas, cerros y montes, cruzando arroyos y ríos, con grandes trepadas y abruptos descensos.
En 2011 Torrico ganó una de sus primeras carreras en esta especialidad. Formando equipo con el salteño Waldo Soria ganó los 21 kilómetros (media maratón) de la North Face Endurance Challange.
El 2014 fue otro año de importantes resultados; en agosto ganó La Caldera Trail, mientras que en noviembre fue el mejor de la general en el Calchaquí Ultra Trail, donde el circuito de mayor exigencia es de 60 kilómetros. En la última edición volvió a ser el campeón en la mayor de las distancias de la prueba que se desarrolla en Cafayate.
En 2011 Torrico ganó una de sus primeras carreras en esta especialidad. Formando equipo con el salteño Waldo Soria ganó los 21 kilómetros (media maratón) de la North Face Endurance Challange.
El 2014 fue otro año de importantes resultados; en agosto ganó La Caldera Trail, mientras que en noviembre fue el mejor de la general en el Calchaquí Ultra Trail, donde el circuito de mayor exigencia es de 60 kilómetros. En la última edición volvió a ser el campeón en la mayor de las distancias de la prueba que se desarrolla en Cafayate.
Fuente:http://www.eltribuno.info
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