Uno de los más notables récords en la historia del atletismo argentino fue establecido el 13 de octubre de 1968, en México, durante las eliminatorias de los Juegos Olímpicos: Juan Carlos Dyrzka marcó 49 segundos y 82 centésimas en los 400 metros con vallas, convirtiéndose en el primer atleta sudamericano en correr por debajo de los 50 segundos. Al día siguiente, en las semifinales, marcó cuatro centésimas más y quedó 5°, muy cerca de acceder a la prueba decisiva, en la que el británico Dave Hemery pulverizó el récord del mundo. La marca de Dyrzka permaneció casi dos décadas como tope sudamericano._Y a nivel argentino, se mantuvo imbatible por casi medio siglo. Ningún atleta siquiera se había acercado a ese registro. Y todo parecía encaminarse a su “imbatibilidad” por mucho tiempo más. Pero este domingo 9 de abril, en el Estadio Nacional de Santiago de Chile, y al ganar la prueba con 49s.79 durante el torneo Orlando Guaita, el mendocino Guillermo Manuel Ruggeri ha quebrado ese récord. Superó en la prueba al chileno Alfredo Sepúlveda (50s.39) y al mejor especialista sudamericano e iberoamericano de la última década, el uruguayo Andrés Silva (50s.52).
Casi sorpresivamente -ya que hasta ahora se dedicaba al decathlon- Ruggeri se había acercado a récord en las últimas semanas. Ruggeri venía de ganar con 50 segundos y 36 centésimas en uno de los torneos del Grand Prix Sudamericano, en el CENARD, registro que ningún otro argentino había conseguido en los 400 metros con vallas desde la época de Dyrzka.
Hay que recordar que Dyrzka fue uno de los más grandes atletas del historial argentino y, en la década del 60, el símbolo de nuestros equipos junto a Osvaldo Suárez. Una de sus principales actuaciones se dio durante los Juegos Panamericanos de Sao Paulo (1963), cuando se llevó la medalla de oro. Y_ese mismo año, fue premiado con el Olimpia de Oro. En cuatro oportunidades obtuvo el título sudamericano, también se destacó en los 400 metros llanos y sufrió una frustración en los Juegos Olímpicos de Tokio, al quedarse prácticamente inmóvil al sonido de partida en semifinales. Cuatro años más tarde tendría su desquite, en los citados Juegos de México, aunque el nivel de la prueba había subido considerablemente. Anteriormente, solo un atleta argentino –Juan Lavenás en Berlín, 1936- había llegado hasta las semis de los 400 vallas.
Dyrzka, hijo también de destacados atletas, murió hace cuatro años por una afección cardíaca. A sus 70 de edad, aún se mantenía activo como docente en educación física. Y también comentaba sobre la vigencia de su récord: “Para correr los 400 metros con vallas debajo de los 50 segundos, necesitaremos que aparezca un atleta con las condiciones físicas justas -más de 1.80 de estatura, por ejemplo- y que sea veloz, capaz de correr los 400 llanos sobre 46 segundos”.
Ese hombre, por lo visto, apareció. Ruggeri ya tiene un registro de 46s.68 en los 400 metros llanos y ha progresado considerablemente bajo la guía técnica del profesor Carlos “Yoyo” López (paradójicamente, uno de los rivales de Dyrzka a nivel local en aquellos memorables años 60). Ruggeri nació en Maipú, Mendoza, el 26 de marzo de 1992. Desde chico, jugaba al fútbol, pero se sintió atraído por el atletismo en oportunidad de los Juegos Evita del 2008. Manuel Aidar fue su primer técnico, y el que lo llevó a pruebas como los 110 metros con vallas, en las que se destacó en las categorías menores.
De gran versatilidad, pasó a dedicarse al decathlon, donde, en 2011, ya obtenía las medallas de bronce del Campeonato Panamericano Junior y del Sudamericano de la misma categoría. En 2012 fue campeón sudamericano sub 23, en San Pablo. Y_en 2014 alcanzó su mejor producción del decathlon con 7.298 puntos, al llevarse la medalla de bronce en los Juegos Odesur, en Santiago de Chile. Tiene un registro aún mejor (7.498 en Mar del Plata, en 2015), aunque no se homologó por el fuerte viento a favor en algunas pruebas.
Radicado desde hace varias temporadas en Buenos Aires -estudia en el Instituto de Obras Sanitarias- Ruggeri se concentró en los 400 llanos y 400 vallas desde fines del 2016. Y su progreso fue sorprendente:_en diciembre pasado lograba su citado registro en la distancia plana y 50s.85 en los 400 vallas. Ruggeri, como citamos, cuenta con la guía técnica de “Yoyo” López, quien también conduce a Fiorella Chiappe. Esta, además de apoderarse del récord nacional del heptathlon, se está destacando en los 400 metros vallas y acaba de ganar en el Guaita.
“Por sus antecedentes como decathleta, Ruggeri llega con una sólida base física a una prueba tan exigente como es la de 400 metros con vallas”, definieron los técnicos.
Si comenzó como velocista, siguió como vallista y luego se dedicó a las pruebas combinadas, los últimos tiempos tienen a Guillermo Ruggeri consolidado en la vuelta a la pista, tanto en la distancia llana como con vallas. Y ahora, cumplió con su meta de terminar con el récord más antiguo del país, aquel que un legendario atleta como Dyrzka fijara en la altitud mexicana.
La marca de Dyrzka fue –al fin y al cabo- una de las de mayor vigencia en la historia del atletismo argentino. La del medallista olímpico Luis Brunetto en salto triple (15,42 metros) duró 51 años, desde 1924 hasta 1975. Y otro récord legendario fueron los 10s.3 de Gerardo Bonnhoff en los 100 metros, quebrados –con cronometraje manual- por Carlos Gats 49 años después (aunque, con cronometraje electrónico, en la marca equivalente, ya había sido mejorada por Andrés Calonge en 1968).
Fuente: consudatle.org
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