viernes, 30 de julio de 2021

Selemon Barega recupera el reinado etíope de los 10.000 metros


El etíope sucede a Yifter, Gebrselassie y Bekele y es el segundo campeón más joven de la historia de la prueba con 21 años y una última vuelta en 53 segundos que desbarató el plan de Cheptegei y Kiplimo.

Selemon Barega se hizo mayor en Tokio, donde cambió la cresta de adolescente por el pelo corto y recuperó para Etiopía y su orgullo el título olímpico de los 10.000 metros tras el impás de Mo Farah en Londres y Río. Con una vuelta final en 53 segundos, el ataque en la última contrarrecta en el momento preciso, desbarató el plan de Uganda, que por primera vez podía soñar con la victoria con Joshua Cheptegei, el plusmarquista mundial que ya no podrá hacer el doblete soñado, y con Jacob Kiplimo, el líder mundial del año.

 

Mandaron los ugandeses a su tercer hombre Stephen Kissa a reventar la carrera desde el primer metro quizá para favorecer una carrera lenta, pero el grupo apenas le prestó atención y frustró su plan. Kissa llegó a sacar más de 30 metros al pelotón, y fueron precisamente Selemon Barega y el keniano Rhonex Kipruto quienes tomaron la responsabilidad de salir a alcanzarles tras el paso por el tercer kilómetro. Cuando vieron la facilidad, se relajaron y Kissa recuperó su idea, pero por detrás corrieron tranquilos sabiendo que le tenían al alcance de dos segundos.

La prueba salió más lenta de lo esperado para un plantel así, una batalla táctica en la que nadie quería arriesgar demasiado. Al paso por la mitad, el cronómetro marcaba 14:08. A diferencia de otras veces, aguantaban casi todos, incluido el aragonés Carlos Mayo, que seguía enganchado tras el kilómetro ocho y solo se descolgó a falta de tres vueltas. El aragonés cerró 13º con 28:04.71, imposible su marca personal porque esta vez habría valido el oro olímpico.

Mayo aguantaba y por delante no ocurría nada relevante. Tras siete kilómetros, Barega aún podía ir muy atrás en el grupo. Fue cuando Kissa se retiró, evidenciando su fracasado papel de liebre. Un poco después Joshua Cheptegei tomó el mando y el keniano Ronald Kwemoi intentó avivar el ritmo, pero fueron fuegos de artificio: el penúltimo kilómetro aún se corrió en 2:53, el último iba a ser en 2:26.

 


Ya dentro de él, el canadiense Mohamed Ahmed quemó su bala en la última contrarrecta. Barega le vigiló, Cheptegei miró el marcador. Penúltima vuelta en un minuto. Sonó la campana y los etíopes entraron por delante de los ugandeses. 300 metros. Llegó el cambio y Yomif Kejelcha, candidato a todo por sus 3:32 en los 1.500 metros empezó a naufragar. Barega estiró y salieron como lobos Joshua Cheptegei y Jacob Kiplimo. Tardaron un segundo de más. Ya era demasiado tarde. Barega volaba a por el oro olímpico (27:43.22), y Cheptegei tuvo que conformarse con la plata (27:43.63) tras el oro mundial de Doha. Para Jacob Kiplimo quedó el bronce (23:43.88), un podio resuelto en 66 centésimas.

 La maldición keniana

Kenia, como siempre, siguió con su maldición. Pese a su papel protagonista en ciertos momentos, el mejor fue Rodgers Kwemoi, 7º en 27:50. La última vez que ganaron el oro olímpico en la prueba fue Naftali Temu en México 68. Luego llegó el dominio etíope: Mirus Yifter (1980), Haile Gebrselassie (1996 y 200), Kenenisa Bekele (2004 y 2008) y, ahora, Selemon Barega, el hombre que en enero cumplió 21 años y es el segundo hombre más joven en imponerse en las 25 vueltas olímpicas, solo tras el marroquí Brahim Boutayeb, 21 años y 39 días cuando ganó en Seúl. 

Barega es un todoterreno que destacó desde muy joven. A pocos días de los últimos Juegos Olímpicos de Río, él ganaba el Mundial sub-20 de 5.000m con 16. Dos años después, fue subcampeón mundial de 3.000m en la pista cubierta de Birmingham y se prodigó en el campo a través, ganando en España el cross de Elgoibar 2018. Centrado en los 5.000 metros, en los dos últimos mundiales llegó 5º y 2º a la meta. Su cambio al 10.000m se ha demostrado un acierto. En su quinta carrera en la distancia, campeón olímpico gracias al cambio final que le permiten sus 3:32 en 1.500m o sus 12:43 en 5.000m, pero frente a rivales con armas similares. Él supo cuándo golpear, y para él es la gloria.


Fuente: https: www.runnersworld.com

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