El etíope sucede a Yifter, Gebrselassie y Bekele y es el
segundo campeón más joven de la historia de la prueba con 21 años y una última
vuelta en 53 segundos que desbarató el plan de Cheptegei y Kiplimo.
Selemon Barega se hizo mayor en Tokio, donde cambió la
cresta de adolescente por el pelo corto y recuperó para Etiopía y su orgullo el
título olímpico de los 10.000 metros tras el impás de Mo Farah en Londres y
Río. Con una vuelta final en 53 segundos, el ataque en la última contrarrecta
en el momento preciso, desbarató el plan de Uganda, que por primera vez podía
soñar con la victoria con Joshua Cheptegei, el plusmarquista mundial que ya no
podrá hacer el doblete soñado, y con Jacob Kiplimo, el líder mundial del año.
Mandaron los ugandeses a su tercer hombre Stephen Kissa a
reventar la carrera desde el primer metro quizá para favorecer una carrera
lenta, pero el grupo apenas le prestó atención y frustró su plan. Kissa llegó a
sacar más de 30 metros al pelotón, y fueron precisamente Selemon Barega y el
keniano Rhonex Kipruto quienes tomaron la responsabilidad de salir a
alcanzarles tras el paso por el tercer kilómetro. Cuando vieron la facilidad,
se relajaron y Kissa recuperó su idea, pero por detrás corrieron tranquilos
sabiendo que le tenían al alcance de dos segundos.
La prueba salió más lenta de lo esperado para un plantel
así, una batalla táctica en la que nadie quería arriesgar demasiado. Al paso
por la mitad, el cronómetro marcaba 14:08. A diferencia de otras veces,
aguantaban casi todos, incluido el aragonés Carlos Mayo, que seguía enganchado
tras el kilómetro ocho y solo se descolgó a falta de tres vueltas. El aragonés
cerró 13º con 28:04.71, imposible su marca personal porque esta vez habría
valido el oro olímpico.
Mayo aguantaba y por delante no ocurría nada relevante. Tras
siete kilómetros, Barega aún podía ir muy atrás en el grupo. Fue cuando Kissa
se retiró, evidenciando su fracasado papel de liebre. Un poco después Joshua
Cheptegei tomó el mando y el keniano Ronald Kwemoi intentó avivar el ritmo,
pero fueron fuegos de artificio: el penúltimo kilómetro aún se corrió en 2:53,
el último iba a ser en 2:26.
Ya dentro de él, el canadiense Mohamed Ahmed quemó su bala
en la última contrarrecta. Barega le vigiló, Cheptegei miró el marcador.
Penúltima vuelta en un minuto. Sonó la campana y los etíopes entraron por
delante de los ugandeses. 300 metros. Llegó el cambio y Yomif Kejelcha,
candidato a todo por sus 3:32 en los 1.500 metros empezó a naufragar. Barega
estiró y salieron como lobos Joshua Cheptegei y Jacob Kiplimo. Tardaron un
segundo de más. Ya era demasiado tarde. Barega volaba a por el oro olímpico
(27:43.22), y Cheptegei tuvo que conformarse con la plata (27:43.63) tras el
oro mundial de Doha. Para Jacob Kiplimo quedó el bronce (23:43.88), un podio
resuelto en 66 centésimas.
La maldición keniana
Kenia, como siempre, siguió con su maldición. Pese a su
papel protagonista en ciertos momentos, el mejor fue Rodgers Kwemoi, 7º en
27:50. La última vez que ganaron el oro olímpico en la prueba fue Naftali Temu
en México 68. Luego llegó el dominio etíope: Mirus Yifter (1980), Haile
Gebrselassie (1996 y 200), Kenenisa Bekele (2004 y 2008) y, ahora, Selemon
Barega, el hombre que en enero cumplió 21 años y es el segundo hombre más joven
en imponerse en las 25 vueltas olímpicas, solo tras el marroquí Brahim
Boutayeb, 21 años y 39 días cuando ganó en Seúl.
Barega es un todoterreno que destacó desde muy joven. A
pocos días de los últimos Juegos Olímpicos de Río, él ganaba el Mundial sub-20
de 5.000m con 16. Dos años después, fue subcampeón mundial de 3.000m en la
pista cubierta de Birmingham y se prodigó en el campo a través, ganando en
España el cross de Elgoibar 2018. Centrado en los 5.000 metros, en los dos
últimos mundiales llegó 5º y 2º a la meta. Su cambio al 10.000m se ha
demostrado un acierto. En su quinta carrera en la distancia, campeón olímpico
gracias al cambio final que le permiten sus 3:32 en 1.500m o sus 12:43 en 5.000m,
pero frente a rivales con armas similares. Él supo cuándo golpear, y para él es
la gloria.
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