Maratón Internacional Binacional
Comentario Editorial
Por: Enrique Rodriguez Ayer, como lo vengo haciendo desde hace nueve años consecutivos estuve cubriendo la maratón Internacional Binacional, una maratón que tiene un escenario incomparable, de los mejores de la argentina por distintas circunstancias como, unir dos países, cruzar corriendo por una de las represas más importante del mundo, un suelo único de muchos verdes con subidas y bajadas extraordinarias.
Lamentablemente año a año veo que en vez de crecer hay un sentido contrario, decrece, y es por la sencilla razón de una organización mediocre, con muchos defectos. Resulta raro (al menos para mí) que con la investidura de dos clubes en la organización como el Club Remeros Salto y Club Salto Grande de Concordia, que podrían cubrir muy bien los aspectos organizativos tengan tantas fallas, solo cuento las de este año, una largada de 21km en el medio de la nada con cerca de 200 corredores y dos baños químicos, banderilleros que no sabían para que estaban, una moto “guía” que si no la paran en migraciones los atletas siguen corriendo hasta el club Salto Grande, haciéndolos recorrer así 6 o 7 km demás, por éste motivo la gente recién pudo hidratarse en el kilometro 12. Para terminar, acortaron el circuito, con intención de remediar algo el error que habían cometido, y ahí, algunos, aprovecharon, unos por viveza otros por cansancio a cortar camino, hablo de los que corrieron 42 y de 10km.
Los 10km tampoco estuvieron exentos de una largada desprolija en el medio de la nada, donde corrieron una muy linda cantidad de atletas, unos 120, que para sorpresa de ellos había un solo baño químico y era compartido. No obstante a esto, cuando arribé a la llegada para tomar imágenes, un patovica con ropa del Club Remero de Salto no me dejó sacar fotos de llegada, básicamente no permitió hacer mi trabajo, lo tuve que hacer a una cierta distancia, con muchísimas dificultades. Delante del reloj y en misma línea de llegada donde había un camarógrafo y otro con una pequeña camarita filmadora que se paseaban por delante de los corredores. No pudiendo tomar imágenes limpias optamos por no sacar fotos de la llegada. Varios atletas se acercaron para contarnos vivencias desprolijas, una fue la de la atleta Uruguaya Verónica Laura Cawen Francolino que nos comentó que cuando llegaron el día anterior los recibieron en un lugar que no era habitable, con apenas una colchoneta cuadrada y un solo baño para 26 personas, que eran la delegación que vino de Montevideo. Creo que a los atletas que vienen desde lejos, sobre todo, hay que atenderlos de la mejor manera, son los que te pagan la inscripción, te corren la carrera y te hacen la fiesta. Club Salto Grande y Club Remeros de Salto, no tengo nada contra ustedes pero siempre voy a estar de parte de los atletas y a ellos es a quien tenemos que agradecerles todo, Deportes Villa Adela va a estar siempre, pero por los atletas, no por las organizaciones, y menos con aquellas que son mezquinas ya a que a nosotros no nos pagan y ni siquiera nos convidan con un vaso de agua. Para que se entienda, en el evento mundial más grande que cubrimos que fueron los Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro (al cual no estábamos acreditados) el solo hecho de vernos con la cámara en las manos alcanzaba para que nos ofrecieran botellas de agua mineral. Todos esto lo escribo por pedido de mis patrones, los atletas, y en forma de crítica constructiva, porque quizás otro no se animen a decirlo y el año que viene vuelvan a cometer los mismos errores; el año pasado la crítica fue porque nos prohibieron sacar fotos y este año fue aún peor. Dentro de dos o tres años serán unos perfectos organizadores, (esperemos) pero ya pasaron 17 ediciones, 17 años y no aprendieron bien hacer bien los deberes. No soy un improvisado, hablo con mucha propiedad porque tenemos 10 años en esto y ya cubiertas más de 300 carreras, entre triatlones, duatlones, no solo en varias partes de Argentina, Paraguay, Uruguay, Brasil.
Por: Enrique Rodriguez Ayer, como lo vengo haciendo desde hace nueve años consecutivos estuve cubriendo la maratón Internacional Binacional, una maratón que tiene un escenario incomparable, de los mejores de la argentina por distintas circunstancias como, unir dos países, cruzar corriendo por una de las represas más importante del mundo, un suelo único de muchos verdes con subidas y bajadas extraordinarias.
Lamentablemente año a año veo que en vez de crecer hay un sentido contrario, decrece, y es por la sencilla razón de una organización mediocre, con muchos defectos. Resulta raro (al menos para mí) que con la investidura de dos clubes en la organización como el Club Remeros Salto y Club Salto Grande de Concordia, que podrían cubrir muy bien los aspectos organizativos tengan tantas fallas, solo cuento las de este año, una largada de 21km en el medio de la nada con cerca de 200 corredores y dos baños químicos, banderilleros que no sabían para que estaban, una moto “guía” que si no la paran en migraciones los atletas siguen corriendo hasta el club Salto Grande, haciéndolos recorrer así 6 o 7 km demás, por éste motivo la gente recién pudo hidratarse en el kilometro 12. Para terminar, acortaron el circuito, con intención de remediar algo el error que habían cometido, y ahí, algunos, aprovecharon, unos por viveza otros por cansancio a cortar camino, hablo de los que corrieron 42 y de 10km.
Los 10km tampoco estuvieron exentos de una largada desprolija en el medio de la nada, donde corrieron una muy linda cantidad de atletas, unos 120, que para sorpresa de ellos había un solo baño químico y era compartido. No obstante a esto, cuando arribé a la llegada para tomar imágenes, un patovica con ropa del Club Remero de Salto no me dejó sacar fotos de llegada, básicamente no permitió hacer mi trabajo, lo tuve que hacer a una cierta distancia, con muchísimas dificultades. Delante del reloj y en misma línea de llegada donde había un camarógrafo y otro con una pequeña camarita filmadora que se paseaban por delante de los corredores. No pudiendo tomar imágenes limpias optamos por no sacar fotos de la llegada. Varios atletas se acercaron para contarnos vivencias desprolijas, una fue la de la atleta Uruguaya Verónica Laura Cawen Francolino que nos comentó que cuando llegaron el día anterior los recibieron en un lugar que no era habitable, con apenas una colchoneta cuadrada y un solo baño para 26 personas, que eran la delegación que vino de Montevideo. Creo que a los atletas que vienen desde lejos, sobre todo, hay que atenderlos de la mejor manera, son los que te pagan la inscripción, te corren la carrera y te hacen la fiesta. Club Salto Grande y Club Remeros de Salto, no tengo nada contra ustedes pero siempre voy a estar de parte de los atletas y a ellos es a quien tenemos que agradecerles todo, Deportes Villa Adela va a estar siempre, pero por los atletas, no por las organizaciones, y menos con aquellas que son mezquinas ya a que a nosotros no nos pagan y ni siquiera nos convidan con un vaso de agua. Para que se entienda, en el evento mundial más grande que cubrimos que fueron los Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro (al cual no estábamos acreditados) el solo hecho de vernos con la cámara en las manos alcanzaba para que nos ofrecieran botellas de agua mineral. Todos esto lo escribo por pedido de mis patrones, los atletas, y en forma de crítica constructiva, porque quizás otro no se animen a decirlo y el año que viene vuelvan a cometer los mismos errores; el año pasado la crítica fue porque nos prohibieron sacar fotos y este año fue aún peor. Dentro de dos o tres años serán unos perfectos organizadores, (esperemos) pero ya pasaron 17 ediciones, 17 años y no aprendieron bien hacer bien los deberes. No soy un improvisado, hablo con mucha propiedad porque tenemos 10 años en esto y ya cubiertas más de 300 carreras, entre triatlones, duatlones, no solo en varias partes de Argentina, Paraguay, Uruguay, Brasil.
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