Es probablemente la carrera popular más famosa no sólo de España, sino del mundo. Y la San Silvestre Vallecana ha ganado ese título año a año, y por méritos propios. No en vano, más de 38.000 personas agotan los dorsales para la carrera que pone fin al año por las calles de Madrid en menos de 40 horas. Y luego son muchos, miles más, los que la corren sin dorsal.
«Es una fiesta, se ha convertido en un clásico y una de las cosas que hay que hacer al menos una vez en la vida», explica Carlos, corredor madrileño de 40 años que, desde hace ocho, no falta nunca a la cita del 31 de diciembre con final en Vallecas.
Pero si para los madrileños es un reto deportivo completar los 10 kilómetros (con la temida cuesta de Vallecas de postre final), para los organizadores el reto comienza mucho antes. Meses incluso. Concretamente en junio, cuando se decide el color de la camiseta y se hace el envío para que las fábricas de Nike las fabriquen. «El pedido lo hacemos basándonos en estimaciones, por otros años, de número de mujeres que van a correr y tamaños de las camisetas. Luego nos las envían y las imprimimos en España», explica Antonio Yuncal, director de comunicación de la marca en España. «Es aquí donde ponemos el eslogan elegido para cada año y el dorsal de cada corredor», cuenta.
Este año, la organización había previsto un incremento considerable del número de mujeres inscritas (un 21%, y de menores de 26 años, un total de 7.000), pero no ha habido problemas.
3.000 dorsales agotados en 40 horas
La Vallecana es la carrera popular organizada con más participantesdel mundo, y que además sigue creciendo año a año. «Este año hemos sacado tres mil dorsales más que el año pasado, y aún así, se agotaron en 40 horas», explican desde Nike. La marca que organiza la carrera quiere seguir creciendo año a año, «pero a poquitos», conscientes de que aumentar el número de participantes mucho más supone no sólo un aumento de costes significativo, sino también un problema logístico y de seguridad considerable. «Está todo calculado, las calles por las que se pasa son muy anchas para que no haya aglomeraciones, que no haya curvas cerradas donde se puedan producir embotellamientos... Todo está todo medido al milímetro», cuenta.
Probablemente por eso, porque todos los organizadores de la carrera no tienen tiempo material de correrla, organizan una pequeña San Silvestre peculiar la noche antes, el 30 de diciembre. «Ya se ha convertido en una tradición: a la misma hora que la carrera oficial, pero un día antes, hacemos el mismo recorrido por las mismas calles», cuenta. Eso sí, sin cortar el tráfico y sin tener miles de personas animando por las calles. Para disfrutar su particular San Silvestre con antelación.
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