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A la izquierda, Griselda González durante su trabajo en el Hospital Puerta de Hierro. A la derecha (segunda por la derecha), junto a sus compañeras del equipo español de maratón en el Mundial de Edmonton de 2001 |
La ex maratoniana y olímpica por Argentina y España es ahora
auxiliar de enfermería.
Griselda González (Buenos Aires, 1965) lleva conviviendo con
el sacrificio y el sufrimiento más de media vida. No en balde ha corrido casi
20 maratones, dos de ellos olímpicos, uno como argentina (Atlanta 96) y otro
como española (Sídney 2000).Una dilatada carrera como atleta profesional que le
está ayudando en su día a día como auxiliar de enfermería en el madrileño
Hospital Universitario Puerta de Hierro, donde es "un granito de
arena" en la ingente lucha contra el coronavirus.
El deporte profesional te da las herramientas para afrontar
otras cosas. Te enseña a trabajar duro e intento trasladar esa enseñanza a lo
que estamos viviendo ahora"
"El deporte profesional te da las herramientas para
afrontar otras cosas. Te enseña a trabajar duro e intento trasladar esa
enseñanza a lo que estamos viviendo ahora", asegura la explusmarquista
argentina de maratón, que no ha dudado en dejar a un lado un trabajo de diez
años en una residencia de ancianos, en donde era jefa de planta, para incorporarse
a la primera línea de batalla contra el el COVID-19."El año pasado me
gradué como auxiliar de enfermería así que viendo lo que estaba pasando mandé
mi currículum a varios hospitales y enseguida me llamaron de casi todos porque
necesitaban personal con urgencia para afrontar la pandemia", cuenta
Griselda, que el 23 de marzo dejó su antiguo empleo y el 24 se incorporaba al
Puerta de Hierro.
Mucha gente sólo ve las cifras del coronavirus pero para
nosotros no son fríos números, son personas. Aquí vives la evolución diaria de
los pacientes y lo que te motiva es que te digan que han dado de alta a
alguien"
"Entras con respeto a la situación, intentando hacerlo
lo mejor posible y aprendiendo de tus compañeras porque tienen una experiencia
de la que tú careces", confiesa."Mi planta ya estaba llena cuando
llegué y estaban abriendo otras sólo para enfermos de coronavirus. Sabiendo ya
lo que pasaba en Italia no me sorprendió lo que me encontré. Al venir del mundo
de las residencias estás acostumbrada a tratar con ancianos de todo tipo,
algunos que están muy bien pese a tener una edad avanzada y otros que son muy
dependientes", relata la exfondista, a la que le han hecho un contrato de
tres meses."Es normal. Han contratado a mucho personal sanitario y de limpieza
y sabemos que es eventual. El tiempo que esté haré el mejor trabajo posible,
aunque mi idea es seguir en este mundo", admite.
No me da miedo el coronavirus pero me da respeto y me ayuda
a tomar las precauciones debidas. El miedo debe ser algo controlable porque si
no estaría bloqueada y no haría bien mi trabajo"
La ex pupila de Antonio Serrano relata así su experiencia
estos días: "Mucha gente sólo ve las cifras del coronavirus pero para
nosotros no son fríos números, son personas. Aquí vives la evolución diaria de
los pacientes y lo que te motiva es que te digan que han dado de alta a alguien
al que has atendido. Eso sí, sufres cuando hay fallecidos porque sus caras
permanecen en tu retina. Es una situación dolorosa que vas sobrellevando “.
Griselda dice que no hay sanitarios enfermos en su planta, pero sabe que el
enemigo es peligroso: "No me da miedo el coronavirus pero me da respeto y
me ayuda a tomar las precauciones debidas. El miedo debe ser algo controlable
porque si no estaría bloqueada y no haría bien mi trabajo", concluye.
Fuente :https://www.marca.com/