POR ISMAEL PÉREZ
El marroquí estableció unos redondos 3:26 minutos en la
Golden Gala de Roma 1998 que nadie ha podido superar en un cuarto de siglo,
aunque Jakob Ingebrigtsen parece más dispuesto que nadie a rebajarlo.
El 14 de julio de 1998 era martes, Francia celebraba
eufórica su fiesta nacional tras ganar dos días antes el Mundial de fútbol que
organizaron, recibía al Tour de Francia que acababa de salir el fin de semana
de Irlanda, que ganaría Marco Pantani y en el que estaba a punto de estallar el
escándalo del Festina, y en España el Grand Prix por cuarto año consecutivo.
En Roma, un atleta marroquí llamado Hicham El Guerrouj demostraba que se pueden correr 1.500 metros, tres vueltas y tres cuartos de vuelta a una pista en 206 segundos exactos. 3 minutos y 26 segundos. Sin centésimas. De aquellos se cumplen este viernes 25 años exactos, bodas de plata, sin que nadie haya completarlos más rápido.
Ocurrió en la Golden Gala, segunda parada de la entonces
Golden League (hoy, Diamond League). Aquel día, en el Estadio Olímpico al lado
del Tíber ganaron las estrellas del momento, Michael Johnson, Haile
Gebrselassie, Jonathan Edwards, Svetlana Masterkova, Marion Jones...y El Guerrouj,
por supuesto.
Tenía entonces 23 años y se había puesto el dorsal en 51
carreras internacionales de 1.500 metros de las que había ganado 39. En 1995
había sido campeón mundial en pista cubierta, y subcampeón al aire libre. En
1996 ganó 13 carreras, todas las que corrió ese año menos una, la más
importante, la final olímpica de Atlanta, donde tropezó y acabó en el suelo.
Desde entonces, estaba imbatido, incluido su primer oro mundial al aire libre
en Atenas, por delante de Fermín Cacho y Reyes Estévez, donde acabó
definitivamente con el reinado del argelino Noureddine Morceli.
Solo faltaba quitarle el récord mundial, los 3:27.37 que había conseguido tres años en Niza. Una semana antes, en los Bislett Games de Oslo, había rozado el récord mundial de la milla con 3:49.12, una marca que un año después, también en Roma, acabaría rebajando hasta seis segundos.
La organización dispuso para ayudar a El Guerrouj dos
liebres kenianas, Robert Kibet y Noah Ngeny. La paradoja es que Ngeny, que
entonces tenía 19 años, acabaría dándole su segundo disgusto olímpico dos años
después en Sídney, cuando le arrebató el oro.
Kibet puso a todas en fila con una primera vuelta en 54,3
segundos que incluso a El Guerrouj, que llegó a dejar cinco metros, le costaba
seguir. La segunda dejó solo a cuatro atletas cerca de la cabeza y al resto
cortados. El marroquí se aproximó a las liebres. El ritmo bajó a 56,4 segundos,
1:50.7 los 800 metros. Kibet aún aguantó esa contrarrecta, y sin saberse
retirar bien, obligó a que Ngeny y El Guerrouj le adelantaron al paso el 900 y
caminaran a un paso por el kilómetro de 2:18.8.
Media vuelta después, antes de llegar al 1.200m, y cerrando
un tercer 400m en 55,64s, El Guerrouj pasó por dentro mandándole a Ngeny el
mensaje de que podía retirarse. Los últimos 330 metros era una cuestión de él
contra el cronómetro, y los últimos 300m los completó en 39.66. En total, el
crono redondo de 3:26.00, que son 15 carreras de 100 metros seguidas en 13,73s.
Video:
"Todo ha ido perfecto. El clima, la pista y mis
condiciones. Venía preparado para superar el récord. Teniendo en cuenta que el
año pasado corrí aquí en 3:30 bajo la lluvia, este resultado no es
sorprendente", explicó El Guerrouj, feliz, en una carrera tan rápida, tan
para él, que no arrastró a nadie más por debajo de los tres minutos y medio. En
realidad, él mismo mejoró su marca persona en casi tres segundos.
¿Lo batirá Jakob Ingebrigtsen?
El récord ha sobrevivido 25 años pero hace tiempo que no estaba tan amenazado como ahora. Y eso que el que más se ha acercado a él es el propio El Guerrouj, que en 2001 se quedó a 12 centésimas de mejorarlo en Bruselas (con Bernat Lagat, entonces keniano, luego estadounidense, a 0,34 segundos), y ese mismo 1998 a 45 centésimas en suiza. Y cuatro años después, a menos de un segundo en Rieti (Italia). Más allá de él, ha sido el keniano Asbel Kiprop, luego sancionado por dopaje, el que más se ha aproximado a él, 69 centésimas, en 2015 en Mónaco.
Será difícil que alguien muestra la regularidad de El Guerrouj, que además de lograr, por fin, el oro olímpico en Atenas 2004 y romper la maldición, adornado con otro en los 5.000 metros, sumó cuatro oros mundiales consecutivos en Atenas, Sevilla, Edmonton y Paris entre 1997 y 2003 y, sobre todo, bajó la friolera de 29 veces de los 3 minutos y medio.
En los últimos años, el keniano Timothy Cheruiyot ha sido capaz de romper 10 veces esa barrera, y Jakob Ingebrigtsen otras ocho, dos de ellas en esta misma temporada, donde logró su mejor marca personal de 3:27.95 en Oslo. El récord de El Guerrouj está en el punto de mira del noruego, y pocos dudan de que con la ayuda de las nuevas zapatillas y la trayectoria que le queda por delante a sus 22 años lo acabará batiendo. Eso sí, ¿podrá mantenerlo otros 25 años?
Fuente: https://www.runnersworld.com/