Existen historias de vida que merecen ser relatadas conociendo de cerca a la persona de quien se hablará. Historias sencillas, o de protagonistas espontáneos y cotidianos, que llenan el alma de emoción y saludables enseñanzas prácticas, pero que por su sencillez no deja de ser estimuladora y fascinante.
Adriana Miño inició su actividad deportiva intensiva hace cinco años siendo una persona adulta, como un medio para desprenderse de forma natural de su adicción al cigarrillo, “placer” que estaba consumiendo a razón de dos atados (paquetes) por día. En ese entonces, se plegó a un pequeño grupo de atletas amateurs que entrenaban a las tardecitas por una avenida de San Jaime de la Frontera.
Al principio, apenas podía correr dos cuadras y culminaba ahogada, luego con mucho sacrificio de su parte fue progresando paulatinamente, mientras dejaba definitivamente a su “amigo perjudicial” que afectaba sus vías respiratorias.
En menos de dos meses de haber iniciado los entrenamientos, se animó a participar de su primera prueba atlética en una distancia de 5 kilómetros, con tantas dudas y replanteos lógicos de alguien que comienza a transitar “un mundo nuevo”. Fue el principio de lo que desarrollaría a partir de allí: haber perdido sus temores de participar y saber que ella podía correr.
Su sonrisa contagiosa no la ha perdido nunca, aún en medio de las dificultades y desafíos que tuvo y tiene que afrontar, tanto en los circuitos de las pruebas deportivas como en su cotidianeidad. Su voz característica se hace saber cada vez que llega a un lugar sin pasar desapercibida, acompañada por su amistosa presencia. En cada competencia se hace notar su participación cultivando amistades en el “mundo del atletismo” amateur de la región, donde la llaman afectuosamente “la Gringa”.
Regresando al ruedo de sus participaciones, podemos enumerar algunos de los eventos que forman parte de su extensa nómina de competencias. Entre ellas mencionaremos Desafío de Dos Arroyos (La Paz) 50k, Odissea (Paso de la Arena e Interlagos -departamento Paraná) 50k en dos oportunidades, y, recientemente, el Cruce de Salto Grande (Concordia) donde cumplió con el recorrido de los 75k.
Más allá de los logros deportivos, Adriana disfruta de su nuevo estilo de vida y de los estímulos que recibe de familiares, amistades y de la gran familia de los Races, Trails y Cross en cada evento que participa.
Fuente: Miradasdelnoreweb.com.ar