CÓMO EVITARLO
Correr, practicar senderismo o disfrutar de cualquier
deporte en el que las piernas estén implicadas son factores de riesgo para la
aparición de diversas lesiones. La periostitis es una de ellas y no la menos
dolorosa y problemática.
¿Qué es la periostitis?
Tus dos tibias están recubiertas por un tejido membranoso
que sirve para unir el hueso a músculos como el gemelo y otros de la zona. Esta
membrana es conocida como periostio, y su inflamación recibe el nombre de
periostitis.La sintomatología de la periostitis suele centrarse en un intenso
dolor en la zona de la tibia, especialmente en el lado interno de la pierna,
que puede hacer tus entrenamientos sean muy complicados de sobrellevar. El
dolor aparece tanto en reposo, especialmente si presionas levemente la zona
afectada, como durante la actividad, por lo que es fácil reconocer la lesión.
Causas de la periostitis
Es imposible hablar de un solo factor, ya que normalmente
concurren una serie de ellos que hay que identificar para tratar el problema.
En muchas ocasiones esta lesión se produce por una sobrecarga del gemelo o el
sóleo. Sin embargo, un traumatismo en la zona también puede desencadenar su aparición.Aún
hay más, ya que el tipo de pisada que realices e incluso el uso de unas
zapatillas poco adecuadas son factores de riesgo para que la periostitis se
manifieste y arruine el logro de los objetivos que te has marcado.
Cinco consejos para evitar la periostitis
1- Busca unas
zapatillas, especialmente si practicas running, que se adapten a tu pisada.
Como sabrás, existen modelos para supinadores, pronadores y corredores de
pisada neutra. Es importante que dediques tiempo a elegir un calzado adecuado
para que la pisada no sobrecargue la zona de periostio.
2- Al margen de la
pisada, tu calzado tiene que contar con un sistema de amortiguación adecuado
que absorba gran parte del impacto que se produce en la carrera. No es extraño
que notes que la periostitis es más aguda cuando intensificas las sesiones de
entrenamiento. Esto se produce por ese desgaste que produce la cadencia de la
carrera, algo evitable con una buena amortiguación.
3- Estudiar tu
mecánica de carrera para determinar si la lesión se produce por un movimiento
erróneo de tu tren inferior. Es aconsejable acudir incluso a un especialista,
ya que si no determinas el origen de la periostitis puedes complicar mucho tus
carreras o caminatas.
4- Si la lesión se
manifiesta de un modo muy intenso, lo mejor que puedes hacer es parar entre dos
y tres días. Detener el entrenamiento tiene que combinarse con un reposo
absoluto en la medida de lo posible y un estudio que determine de forma
eficiente dónde está el origen de tu periostitis.
5- Someterte a
sesiones de crioterapia. La aplicación de frío en la zona afectada ha
demostrado ser muy efectiva para reducir los procesos inflamatorios del
periostio. Así, puedes optar por aplicar abundante hielo después de cada
entrenamiento para que los síntomas de la lesión no lleguen siquiera a
manifestarse de forma importante.
Nota y :Fuente www.historiasdeportivas.com.ar