Sus palabras: “Le pedí a Dios que me tire diez años más para
seguir corriendo”.
Atleta: José María Berardi.
Pais: Argentina.
Comenzó a correr
a los 60 años
“Mi dos hijos jugaban al rugby en el Club Alumni cuando eran
jóvenes. Yo siempre anduve detrás de ellos. Esa era mi relación con el deporte.
Uno de mis hijos era Pumita y como iba a estudiar dos carreras universitarias,
no le daba el tiempo para seguir jugando, tuvo que abandonar”, recuerda. Y
confiesa: “Lloré dos meses porque yo iba todos los domingos con él a competir y
con mi otro hijo. A lo mejor se me dio por eso que empecé a correr”.
Antes de ese episodio, nunca había practicado ningún
deporte: “Siempre había atendido el mostrador”.
🚨Una vidriera cubierta con
fotos y recortes periodísticos de sus competencias y carreras. Son imágenes
suyas, en las que posa con sus trofeos y medallas, de oro, de plata. En
Martínez no existe vecino que no haya pasado alguna vez por "El mono
sabio", una librería que tiene una vidriera que invita a detenerse y
conocer un poco más la historia de su dueño, José María Berardi, de 89 años.
"Mi primera medalla de oro fue en posta 4x100 en el
Sudamericano de Bolivia en 2002. Empecé haciendo 5000 metros. Luego 10.000
metros, después gané una maratón en Mar del Plata de 42 kilómetros. También
hice tres en La Pampa, siete en distintas zonas de la Capital y provincia, gané
una carrera de 21 kilómetros y después dejé las maratones”, continúa.
“Luego empecé a hacer
velocidad. Quise saltar vallas y, al principio, era muy difícil, me llevaba
varias por delante hasta que aprendí la técnica para saltar. Eso me llevó a
querer ir más lejos. Después salí campeón mundial de 200 metros con vallas en
Niza”, detalla y se queda pensando.
Tras ser consultado por la motivación que lo mueve, habla de
la pasión: “Es natural, o te corre por la sangre o no. Yo ahora cumplí años y
tengo una buena relación con Dios, entonces le dije: ‘Maestro, ahora que es
Reyes te pido que me tires diez años más para seguir corriendo y vendiendo’.
Vamos a ver que pasa”, sonríe pícaramente
Pero nada era suficiente para el librero que encontró su
pasión a los 60 años. Cuando quiso ir por más, apostó al decatlón, una prueba
combinada de atletismo que comprende diez pruebas; cuatro carreras, tres
lanzamientos y tres saltos.
“Salí tercero en el Mundial de 2005 en Canadá en salto en
alto y salto con garrocha. De a poco empecé a practicar esas especialidades y
llegué a ser decatlonista”, relata el librero.
Y detalla: “Primero salí octavo en un Mundial en Puerto
Rico. Después decimosexto en España. En ese mismo país, en la posta de 4x100 y
4x400 por primera vez, La Argentina salió tercera a nivel mundial”.
Entre tantas vivencias, se olvidaba de una de las más
importantes, en 2004 ganó su primer campeonato sudamericano de decatlón y de
pentatlón en el estadio Maracaná. Uno de sus últimos logros más destacables
sucedió en 2017, cuando logró ser campeón mundial por quinta vez en decatlón,
en Nueva Zelanda.
Opina que lo más lindo que le dejo el deporte es el esfuerzo
que uno tiene que hacer para poder salir campeón y afirma que lo mejor que le
dio la librería es la cantidad de historias interesantes que le contaron los
clientes.
Si tiene que elegir un libro de todos los que hay a su
alrededor, elige uno de Marco Aurelio. “Es un filósofo. Hay algo que yo no
tengo descifrado. Yo estoy cerca de la muerte, entonces tengo un pensamiento
recurrente, con todo lo que he leído sobre la vida, no creo que sigamos un camino,
me parece que terminamos, morimos y chau. Solamente Dios sabrá qué pasa con
nosotros, solo espero seguir corriendo”, reflexiona.
Fuente Diario La Nación
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