Si bien no está permitido que menores de edad compitan en
pruebas de 42 kilómetros, los organizadores autorizaron que participe.
En el mundo del running estalló la polémica luego de que un
nene de seis años corriera en la maratón de Flying Ping, en Cincinnatti,
Estados Unidos.
La familia Crawford, reconocida por los videos que suben a
las redes sociales, corrió los 42 kilómetros junto con sus seis hijos, entre
los que se encontraba un pequeño de tan sólo 6 años. A los pocos minutos de que
postearan fotos y videos cruzando la meta y contando su experiencia, llovieron
los comentarios negativos y críticas por haber hecho correr al más pequeño las
26.2 millas.
Las redes sociales estallaron con reproches dirigidos hacia
los padres, Ben y Kami Crawford e incluso los servicios de protección infantil
visitaron a la familia para realizar una investigación por lo sucedido.
Los organizadores quedaron en la mira
Si bien la carrera tiene una edad mínima para participar de
18 años, los organizadores hicieron una excepción especial para los Crawford,
quienes establecieron el récord en 2018 para la familia más grande en recorrer
el sendero de los Apalaches.
En diálogo con la prensa local, la directora ejecutiva de la
carrera, Iris Simpson Bush, asumió “toda la responsabilidad” por la decisión de
permitir que el niño de 6 años corriera. Además, agregó que el permiso se dio
debido a que Ben Crawford y los miembros de su familia habían corrido la
carrera extraoficialmente en años anteriores.
“Esta decisión no se tomó a la ligera. El padre estaba
decidido a hacer la carrera con su hijo pequeño a pesar de todo, por lo que
nuestra decisión fue pensada para darle cierta seguridad y protección al niño”,
aclaró.
Más de ocho horas de carrera
En cuanto a la prueba, el menor completó el maratón en 8
horas y 35 minutos. Pero según una publicación en el Instagram de la familia,
el niño estaba “llorando” y “luchando físicamente” en la etapa final.
El posteo que más críticas y polémica despertó fue el del
pequeño sosteniendo una caja papas fritas en la tienda de comestibles. La
pareja escribió en el pie de foto que su hijo estaba “luchando físicamente y
quería tomar un descanso y sentarse cada tres minutos”. Lo cierto es que el
chico tardó siete horas en llegar a la milla 20, donde suele haber snacks
salados para los corredores, pero como no estaban (dado que, por lo general, el
plazo para terminar la carrera es menor a eso) y eso era lo que el niño había
estado esperando, agregaron.
“Estaba llorando y nos movíamos lento, así que le dije que
le compraría dos (paquetes) si seguía moviéndose”, dice la publicación. “Tuve
que prometerle dos para que saliera en la foto familiar en la línea de meta”,
expresan.
Los padres del pequeño recibieron un sinfín de críticas.
Fuente : TN