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Matías Schiel corrió y ganó una prueba de 10 kms. en Alemania.
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Después de su desencanto por la mala actuación en el Maratón de Rótterdam donde no completó la competencia, el atleta de Trelew está en tierras germanas entrenando y recuperándose.
Esto es para quienes me ayudaron a estar acá,” fue la frase que entre emocionado y satisfecho, tipeó Matías Schiel en los comentarios de su Facebook después de ganar una competencia de 10 kilómetros el último fin de semana en Alemania.
Schiel se encuentra en Colonia, Alemania, entrenando y recuperándose de una molestia en la pierna, la misma que no lo dejó terminar el Maratón de Rótterdam, la gran apuesta del trelewense del mes pasado por la que pasó con pena y sin gloria.
Los noventa días de su estadía en tierras teutonas ya le han pagado con varias sorpresas, desde que llegó, hace unas semanas. “Es muy raro esto y grande a la vez. Las cosas por algo pasan”, dice tratando de explicarse lo que contará a continuación.
Por estos días, como todo joven en acción de la generación 2.0 Matías Schiel trata de ordenar las acciones de su mundo movedizo y encantador. Comparte, vía msj de texto, un glosario de citas y refranes que representan su pensar y su sentir.
Es que es el mismo muchacho que el 10 de febrero se despertó por la mañana, salió de su casa sin rumbo, sin saber qué hacer, y queriendo dejar muchas cosas. Quería pegar un volantazo, quería hacer un cambio en su vida. Pero la vida te da sorpresas y a él se las dio lejos de casa. “Hoy estoy lejos y volviendo a apostar en eso que me hace tanto bien que es correr, dedicarme a entrenar y a competir. Si pudiera me quedaría ya en Europa”, afirma Matías Schiel.
Causalidades y casualidades
“Me está pasando algo loco, raro. Sólo vine por una carrera (Maratón de Rótterdam) y pensaba volverme a la Argentina. Pero ese día cuando entraba en calor, me gritaron desde la tribuna –Matías-. Miré y era una compañera de Santa Cruz con su marido que es alemán, que se encontraban mirando el Maratón. Al finalizar la carrera nos encontramos y fuimos a almorzar. De esa reunión casual salió una invitación de su parte para que me quede con ellos. Por eso reprogramé lo que pensaba hacer para quedarme un mes. La cosa es que todo fue mejorando. Conseguí un club y los médicos para poder hacerme tratar mi lesión, así que he vuelto a reprogramar todo y me quedo los 90 días que se les permiten a los extranjeros en Europa. Ya que estoy por acá, voy a aprovechar al máximo esta oportunidad, ya que acá no se puede venir todos los días.
La pierna va mejorando. Llevo una semana de trote y el fin de semana corrí mi primera competencia sobre 10 kilómetros en la ciudad de Frechen. Fue un circuito duro con desniveles y el clima no fue bueno. Hubo mucha lluvia y frío”.
Invitación al triunfo
“Mi objetivo no era ganar ni buscar tiempos, sino intentar completarla ya que, por como venía, eso me dejaba contento. Cuando largamos me prendí con un polaco, que venía con su mejor antecedente de 30.20 en 10.000 mts. Con él fuimos juntos hasta el kilómetro 4, y en una subida empinada lo colgué. En un momento pensé que se me venía la muerte, pero cada kilómetro que pasaba me sentía mejor, así seguín firme.
Al final terminé ganando la carrera con un tiempo de 31.38, pero con molestias en la pierna.
Un club para su talento
“Lo mejor de esto fue que al llegar me fue a buscar un entrenador que es dueño de uno de los mejores clubes de acá. Me dio su invitación a que corra con ellos y tener todas las disponibilidades del Club, como médicos y otras cosas. Así que así andan las cosas por acá y yo estoy muy contento. Ahora lo que viene es seguir recuperándome ya que el 20 de mayo voy a correr una competencia en otra ciudad cercana a Colonia. Todo esto se lo debo al apoyo de Chubut Deportes, Ricardo Fueyo, Jorge Mérida, Leonardo Malgor, Nike, Hugo Dante Berra, Fernando Tambasco, María Elena Garcet, Marcela Pérez Ampuero, familia Manquillán, y a la familia de Romina Guineo y a Markus Zentner, su esposo”