La británica Jasmin Paris hace historia al cruzar el arco y convertirse en la primera mujer finisher de la durísima Barkley Marathons, la competencia que en 38 años poco más de 20 atletas han podido completar las cinco exigentes vueltas.
Cien segundos faltaban para terminar el tiempo máximo
estipulado cuando Paris llego con su último aliento a la reconocida tranquera
que da inicio y fin a la competencia, donde cayó desmoronada de felicidad luego
de 59 horas, 58 minutos y 12 segundos de competencia.
«El problema no son las 100 millas, sino el terreno. Al
comienzo subimos una pendiente tan empinada que mi pie se resbalaba hacia
abajo, hubo un par de lugares donde tuvimos que arrastrarnos por el suelo sobre
las barrigas y otro tramo lleno de zarzas que destrozó nuestras piernas»,
relató Paris en una entrevista con The Guardian sobre la dificultad de un
circuito que se completa por intuición. Paris tenía la experiencia de dos
intentos anteriores y no quería tener que volver sin acabarla. «Cuando me
faltaban ocho minutos, pensé que no podría lograrlo. Me quedaba unos kilómetros
cuesta arriba y estaba desesperada, pero me decía ‘si no lo logras, tendrás que
hacerlo de nuevo'», recordó.
Quién es Jasmin Paris
Paris es una veterinaria británica de 40 años, profesora de
la Universidad de Edimburgo y madre de dos hijos que le gusta ser pionera en desafíos
y que se le conozca por ello. En 2019 se convirtió en la primera mujer en ganar
la Montane Spine Race, una carrera de 431 kilómetros en Inglaterra. Cinco años
después, su nombre pasa a la historia de Barkley Marathons, por convertirse en
la primera mujer finisher de la competencia que propone como desafío
recorrersin señalizar unos 170 kilómetros con un total de 16.500 metros de
desnivel positivo ( el equivalente a subir dos veces el Everest), y todo en un
tiempo menor a 60 horas, un reto que en 35 años de historia solo habían logrado
una veintena de hombres.
Barkley Marathons nació para rememorar el escape de la
prisión estatal de Brushy Mountain, ubicada en Tennessee, de James Earl Ray, el
asesino de Martin Luther King Jr., en 1977. Hecho en el que el delincuente fue
perseguido durante más de dos días por el personal de seguridad de la prisión.
Ray logró correr sólo 13 kilómetros en medio de las colinas
y bosques, antes de ser recapturado. Sucede que la dificultad y exigencia del
terreno hicieron que el prófugo se encontrara en una especie de laberinto del
que no pudo salir.
En 1986, Gary “Lazarus Lake” Cantrell pensó que podría hacer
100 millas atravesando las montañas que rodean la mítica prisión. Así nació la
Barkey Maraton, una de las competencias más duras del mundo que poco más de 20
atletas lograron superar en sus 38 años de historia, entr ellos, París es la
primera y única mujer.
Los competidores deben dar cinco vueltas tan sólo con la
ayuda de una brújula y un mapa. Pero no sólo se trata de correr, dado que deben
encontrar en su camino nueve libros repartidos por el circuito de los que deben
arrancar una página (la de su número de dorsal), con el fin de demostrar que
pasaron por todos los puntos del recorrido.
Barkley Marathons: todo raro, muy raro
En la Barkley todo es muy raro, desde la inscripción. Para
anotarse se debe enviar un mail a Lazarus Lake, el creador (su verdadero nombre
es Gary Cantrell) e indicarle por qué motivo debería elegirte, además hay que
pagar un “diezmo” de 1,60 dólares. Si eres uno de los 40 elegidos, recibirás
una carta con un pésame, a modo de bienvenida.
“Es difícil encontrar algo que esté tan cerca de lo
imposible, es una aventura satánica de running”, sostiene su creador. En ese intento de hacerla imposible, cada año
la hace más difícil y le agrega nuevas cosas. El recorrido siempre cambia,
nadie sabe con lo que se va a encontrar, y allí los celulares y GPS son
bloqueados.
La largada puede ser en cualquier momento, llámese pleno día
o plena madrugada, los corredores se enteran a falta de una hora a través de
una alarma que hace sonar Lazarus. A la hora de comenzar, los corredores no
escuchan un disparo, como en una carrera normal, sino que Lake prende un
cigarrillo y cuando este comienza a hacer brasas la carrera inicia.
Un argentino en la Barkley Marathons: el Tano Isola