El ganador de los 21 km de la Maratón de La Pampa, Miguel Guerra, en primer término se negó a hacer el control de orina.
Declaró que tomó antiinflamatorios y otra sustancia que no recordaba.
Miguel Guerra, “Mito” como le dicen en el ambiente, fue el único de los doce atletas (los tres mejores de 21K en damas y caballeros y los 3 mejores en 42K), que demoró tres horas para dar su muestra de orina. Su caso es un caso puntual. Ganó en 1h06m32s los 21 kilómetros de la 31ra. edición de A Pampa Traviesa que tuvo control antidoping.
Apenas llegó, personal de la organización se llevó al atleta a la zona donde se realizaría el control antidoping. El tiempo pasó, los minutos se hicieron más largos y la espera también. Sobre el mediodía un grupo de atletas llegados desde distintos puntos del país se reunieron por el trascendido: “Guerra se niega a hacer el control”.
Una vez en el hall de la Municipalidad y en la secretaría del despacho de la intendencia, esperaba, entre otros, “Mito” Guerra. Habían pasado 2h45m de su victoria. Tomaba agua pero no podía dar la muestra de orina obligatoria.
Los atletas que irrumpieron el hall hablaron de una competencia “desleal” y “manchada”. “Todos sabemos que no está corriendo limpio. ¿Y si tomó algo que en determinado tiempo se va? ¿Y si está haciendo tiempo a propósito?”, le preguntaron al doctor Pablo Swinnen quien, con mucha paciencia, explicó cuál era la función de cada uno. Y transmitió tranquilidad porque los resultados de las muestras estarán en una semana.
Nelson Maldonado, encargado de controlar que los atletas efectivamente den sus pruebas, discutió con un atleta organizador de carreras. “Hay que aplicar derecho de admisión, no dejarlo correr. Si todos sabemos en el ambiente que no va limpio”, le reclamaron.
Finalmente y al cabo de tres horas, Guerra dio su muestra y llegó con el frasco. “Declaró que estaba tomando un antiinflamatorio por un dolor de muela y algo más que no se acordaba“, dijo Pablo Swinnen, quien dejó entrever que esa sustancia la determinará la prueba en laboratorio.
El procedimiento es el de siempre. Dos muestras, una Muestra A y una Muestra B que funciona como contraprueba. Si la primera muestra es positiva se analiza la contra muestra que en la mayoría de los casos arroja resultados similares a la primera.
Esto complicó mucho la premiación y todo fue desordenado. Guerra fue sacado del despacho con custodia mientras el mismo grupo de atletas que puso en sospecha la legalidad de su triunfo, lo aplaudía irónicamente y lo despedía al grito de “sinvergüenza” y “tramposo”.
Fuente: http://www.diariouno.com.ar/ovacion/Aguante-la-droga-le-gritaban-al-ganador-que-se-negaba-al-control-de-dopaje-20150413-0129.html
Declaró que tomó antiinflamatorios y otra sustancia que no recordaba.
Miguel Guerra, “Mito” como le dicen en el ambiente, fue el único de los doce atletas (los tres mejores de 21K en damas y caballeros y los 3 mejores en 42K), que demoró tres horas para dar su muestra de orina. Su caso es un caso puntual. Ganó en 1h06m32s los 21 kilómetros de la 31ra. edición de A Pampa Traviesa que tuvo control antidoping.
Apenas llegó, personal de la organización se llevó al atleta a la zona donde se realizaría el control antidoping. El tiempo pasó, los minutos se hicieron más largos y la espera también. Sobre el mediodía un grupo de atletas llegados desde distintos puntos del país se reunieron por el trascendido: “Guerra se niega a hacer el control”.
Una vez en el hall de la Municipalidad y en la secretaría del despacho de la intendencia, esperaba, entre otros, “Mito” Guerra. Habían pasado 2h45m de su victoria. Tomaba agua pero no podía dar la muestra de orina obligatoria.
Los atletas que irrumpieron el hall hablaron de una competencia “desleal” y “manchada”. “Todos sabemos que no está corriendo limpio. ¿Y si tomó algo que en determinado tiempo se va? ¿Y si está haciendo tiempo a propósito?”, le preguntaron al doctor Pablo Swinnen quien, con mucha paciencia, explicó cuál era la función de cada uno. Y transmitió tranquilidad porque los resultados de las muestras estarán en una semana.
Nelson Maldonado, encargado de controlar que los atletas efectivamente den sus pruebas, discutió con un atleta organizador de carreras. “Hay que aplicar derecho de admisión, no dejarlo correr. Si todos sabemos en el ambiente que no va limpio”, le reclamaron.
Finalmente y al cabo de tres horas, Guerra dio su muestra y llegó con el frasco. “Declaró que estaba tomando un antiinflamatorio por un dolor de muela y algo más que no se acordaba“, dijo Pablo Swinnen, quien dejó entrever que esa sustancia la determinará la prueba en laboratorio.
El procedimiento es el de siempre. Dos muestras, una Muestra A y una Muestra B que funciona como contraprueba. Si la primera muestra es positiva se analiza la contra muestra que en la mayoría de los casos arroja resultados similares a la primera.
Esto complicó mucho la premiación y todo fue desordenado. Guerra fue sacado del despacho con custodia mientras el mismo grupo de atletas que puso en sospecha la legalidad de su triunfo, lo aplaudía irónicamente y lo despedía al grito de “sinvergüenza” y “tramposo”.
Fuente: http://www.diariouno.com.ar/ovacion/Aguante-la-droga-le-gritaban-al-ganador-que-se-negaba-al-control-de-dopaje-20150413-0129.html
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