Por: Romina Miranda
Esta última semana, las redes sociales se convulsionaron luego de que los atletas argentinos salieran en contra del ENARD porque no quería abonarle el vuelo al Sudamericano de Guayaquil. Se pusieron en contacto y Santi Maratea, el influencer, consiguió los 10.5 millones de pesos necesarios para el chárter al torneo en menos de 24 hs.
A partir de ese momento empezaron comunicados, dichos y
expresiones de personas del deporte y dirigentes que estaban a favor o en
contra de que sea el ENARD quien deba pagar por ese vuelo.
El criterio para dar las becas es por logros u objetivos.
Las federaciones estipulan qué es lo que debe lograrse y luego el ENARD es
quien paga. Sin embargo, desde los últimos meses, cada vez se hacen oír más
deportistas que reclaman no tener la beca o que los quitaron de la lista de los
beneficiados. Y ni que hablar de aquellos que tienen miedo de hablar por miedo
a que les quiten el poco apoyo que tienen.
El influencer Santi Maratea consiguió el dinero para el
avión que los trasladará al Sudamericano de Guayaquil, pero no resuelve todo
enjambre. Hoy son los atletas, ayer fueron las de rítmica y mañana seguramente habrá
otros perjudicados.
El ENARD, desde que dejó de financiarse con el dinero de las
telefonías celulares, cambió. Disminuyó el número de becados y son varios
deportes los que disminuyeron su número de representantes nacionales. El
Ministerio de Deportes había pasado a Secretaría y hasta estaba en juego el
traslado del CeNARD.
El deporte argentino, en los últimos años, está
revolucionado, sumado a la situación del país y, en muchos casos, a la falta de
sponsors que dificulta que los atletas puedan viajar al exterior a competir o
se trasladen para prepararse.
El caso del atletismo dejó evidenciado cómo se echaron
culpas entre todos: se suspendió el Sudamericano y se trasladó la localía a
Guayaquil. El 13 de mayo, el ENARD había enviado una carta donde expresaba que
continuaba con el apoyo. Una semana antes de cuando deberían viajar, les
dijeron a los atletas que solo tenían dinero para que vayan quienes tenían
posibilidades de medalla, o sea, 15 atletas. Y aquí fue el mayor embrollo,
todos se empezaron a echar culpas: la CADA exigiendo que viajen todos, el ENARD
diciendo que no tenía dinero y Arrondo que pedía que viajaran todos. Un día
después de que se juntó todo el dinero, el ENARD publica los diferentes presupuestos
que había recibido y la CADA le agradece a Maratea.
¿Qué se saca de todo esto? Nada, solo son intercambios donde no se propone una solución y no se busca de qué manera evolucione el apoyo a los deportistas. La realidad es que, por ejemplo, si uno de los argentinos no participaba en el Sudamericano perdería la beca por dos años ya que se administra en base a logros.
Además, si los atletas no iban a Guayaquil en muchos casos
perdían la posibilidad de clasificar a Tokio 2020 o a los Mundiales que habrá
en el 2022.
Entonces, ¿es correcto que se financie solo por logros?
¿Cómo llegarían los deportistas a esos logros sin dinero?
Afortunadamente, en este caso, Santi Maratea saltó al
salvataje de los atletas para conseguir los 99 mil dólares alquilar el vuelo
charter de ida y vuelta. Y lo consiguió 61 mil dólares más barato, ya que el
influencer dijo que desde la aerolínea le expresaron presupuesto que
supuestamente había recibido en ENARD era de 160 mil dólares. No solo lo
consiguió en menor cantidad de dinero, sino que lo hizo al valor del dólar
oficial.
Pero no nos confundamos. El conflicto es político y es de
fondo. El deporte argentino no está para que hagamos campañas solidarias. Hay
profesionales detrás de él y cada persona que entrena todos los días y compite
representando al país es también un profesional en lo que hace. El deporte
argentino no puede vivir de Marateas.
Los deportistas hacen rifas, venden camisetas y sortean
cosas… todo para pagarse los viajes. Hace falta un plan de fondo que se ocupe
de todos los argentinos que representan al país a nivel internacional y no solo
en logros. Y ni que hablar del ENARD se encarga solamente de los olímpicos o
del espectro olímpico, es decir, muchísimos deportes quedan afuera. Es menester
trabajar en un plan que incluya a toda persona que dedica años para la vida
deportiva. Unir fuerzas, inteligencias y talentos para sacar adelante al
deporte nacional.
Deberá hacerse un plan donde todos los que tienen
entendimiento en el deporte de alto rendimiento trabajen en pos de la mejora del
deporte y no del retroceso.
Lo de Maratea no debe pasar inadvertido. Es tiempo de
generar debates y reflexiones profundas para determinar el rumbo de nuestro
deporte nacional.
Fuente:https://aadeporte.com.ar/
Foto: Sol D’Amato