Imposible es sólo una palabra que usan los hombres débiles
para vivir fácilmente en el mundo que se les dio, sin atreverse a explorar el
poder que tienen para cambiarlo. Imposible no es un hecho, es una opinión.
Imposible no es una declaración, es un desafío. Imposible es potencial.
Imposible es temporal. Imposible no es nada”.
Muhammad Ali lo dijo y Juan Ignacio Carballo, confeso
admirador del mítico boxeador estadounidense, lo tomó con un mandato, como una
verdad absoluta. Y fue en busca de esa meta que hasta vieron imposible desde la
Confederación Argentina de Atletismo.
El lanzador de bala de Villa General Belgrano se clasificó
al Mundial de Atletismo que se disputará desde el viernes en Eugene (Oregon,
Estados Unidos), para elevar a 11 la nómina albiceleste en la cita ecuménica;
una cifra récord para la representación nacional en este tipo de citas.
Después de haber solventado por sus propios medios una gira
por Europa que lo tuvo compitiendo en Francia y República Checa tras su exitoso
paso por el Iberoamericano de España (se convirtió en el tercer argentino de la
historia en lanzar por encima de los 20 metros), “Nacho” regresó al país con el
sabor amargo de quedar afuera de los 32 mejores del ranking que se
clasificarían al Mundial.
“Yo ya estaba en la pretemporada, apuntando con todo a los
Juegos Odesur. Y me llegó la noticia de que había clasificado”, confiesa el
cordobés. Fue el saltador en alto Carlos Layoy quien le notificó que se habían
reestructurado los rankings y los dos estaban “adentro”.
“Cuando me cayó la ficha me largué a llorar. Me agarró un
ataque de felicidad increíble, porque entendí lo que había hecho”, recuerda.
CONTRATIEMPO
Toda la felicidad del cordobés se puso en pausa cuando cayó
en la cuenta que en su empeño por conseguir la clasificación nunca pensó en la
visa para ingresar a Estados Unidos. Pero sabe que no es suya toda la
responsabilidad. “Desde la Confederación se portaron muy mal conmigo. Nunca
estuve en el pre equipo y nunca inicié los trámites de la visa. No entiendo por
qué nunca me tuvieron en cuenta si siempre estuve ‘ahí’ en el ranking. Hasta me
banqué yo la gira para clasificar”, plantea.
Sin más tiempos para lamentos, está ahora en Buenos Aires a
la espera de una cita exprés con la Embajada de Estados Unidos para ver si
puede obtener pronto su visa.
Fuente: www.lavoz.com.ar