En pocos días, el equipo nacional de atletismo viajará a Lima para una nueva edición del Campeonato Sudamericano, la competencia de área más antigua del mundo y que está celebrando su primer siglo. La capital peruana -que también se prepara para recibir los Juegos Panamericanos a fines de julio- fue sede por primera vez de un Sudamericano hace exactamente nueve décadas, y las pruebas se desarrollaron en su Estadio Nacional entre el 5 y 10 de mayo.
En aquellos tiempos, los atletas argentinos dominaban las pruebas del área -Chile era su principal adversario- mientras Brasil hizo su ingreso pleno a los Sudamericanos en la década siguiente (aunque sí había organizado los Juegos Latinoamericanos de 1922 en Rio, que ahora se han considerado Campeonato del área). Para la cita de Lima, además del equipo local, estaban argentinos y chilenos y también, por primera vez, Bolivia. En cambio, no asistió Uruguay, uno de los países fundadores de la Consudatle y sede del Sudamericano inaugural de 1919.
(La imagen que acompaña esta nota -de la popular Revista EL GRAFICO- nos muestra al equipo argentino, listo para partir… en tren hacia Chile. Y de allí se abordó un vapor que los transportó a Perú).
La estrella del plantel nacional era el rosarino Luis Brunetto, subcampeón olímpico del salto triple en los Juegos de París 1924, cuando la Argentina había participado por primera vez. Brunetto ratificó su hegemonía a nivel sudamericano, ganando con 14.77 m. Pero el equipo también incluía otros atletas que habían sido olímpicos el año anterior, en Amsterdam: el mediofondista Leopoldo Ledesma, Valerio Vallania, Federico Kleger. Este fue 7° en martillo en 1928 y sexto, cuatro años más tarde en Los Angeles. Y varios de los integrantes del plantel de Lima 29 alcanzarían la categoría de olímpicos para Los Angeles, en 1932: entre ellos, nada menos que Juan Carlos Zabala, quien tendría apenas 18 años en su debut sudamericano en pistas peruanas. Otros que también llegaron a los Juegos de Los Angeles fueron el gran velocista Carlos Bianchi Luti (finalista allí de los 200 metros), el maratonista José Ribas, el decathleta Héctor Berra y el lanzador Pedro Elsa.
Pero uno de los principales protagonistas del Sudamericano de Lima fue Hernán Spinassi, un juvenil velocista que había aparecido poco antes y representaba a Gimnasia y Esgrima. Ganó los 100 metros en 10s.7, delante de Bianchi Luti y Ure Aldao. Y también se impuso en los 200 con 21s.9, sumando un tercer oro con la posta corta que marcó 42s.2 y estableció el récord sudamericano. También Leopoldo Ledesma hizo su doblete individual con 1m55s4 en 800 y 4m01s0 en los 1500 (récord). El debut en estas lides de Zabala se concretó en una prueba que más adelante desapareció del programa atlético, los 3.000 metros por equipos: allí Argentina se llevó el título con el «Ñandú Criollo» junto a Ribas, Roger Ceballos y los menos conocidos Alonso y Santucho.
En total, la Argentina logró 13 medallas de oro, 12 de plata y 10 de bronce, y se impuso en el puntaje por equipos: 78, sobre 50 de Chile. Los otros títulos argentinos correspondieron a Ribas en los 10 mil metros, Vallania en 110 metros vallas (récord de 15s3) y salto en alto (1.80), Diego Pojmaevich (3.80 en salto con garrocha) y Kleger (49.56 en martillo).
Uno de los datos salientes de ese Sudamericano fue la victoria del peruano Pedro Gálvez Velarde en los 400 metros vallas, donde marcó 55s.2, también récord. Hijo de quien se considera el «patriarca» del atletismo peruano y de nuestra región -Don Luis Gálvez Chipoco, presidente de Consudatle entre 1937 y 1960- Gálvez Velarde alcanzó el almirantazgo en la Marina de su país y heredó a su padre al frente de la organización sudamericana. La dirigió entre 1960 y 1989.
Otro de los nombres salientes de ese Sudamericano fue el legendario velocista chileno José Vicente «Potrerillo» Salinas, quien estableció el récord de los 400 metros con 49s.0
Fuente: Cada