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sábado, 26 de abril de 2025

La Maratón de Boston más rápida de la historia la ganaron John Korir y Sharon Lokedi

Los kenianos Sharon Lokedi y John Korir ganan la 129º edición de la maratón anual más antigua del mundo con récord damas  y segunda mejor marca de siempre caballeros

BOSTON (ESTADOS UNIDOS). Entre miles de aficionados que llenaron las carreteras y calles del camino de Hopkington a Boston mientras hacían sonar sus campanas, ruido, ruido, ruido, y gritaban, el Maratón de Boston coronó a dos nuevos reyes en su 129º edición, celebrada puntualmente en el Día del Patriota, tercer lunes de cada mes de abril, y esta vez aniversario redondo, el 250, del inicio de las batallas de Concord y Lexington que dieron lugar a la Revolución de Estados Unidos. Dos kenianos saborearon la gloria bajo el sol de Boylston Street, John Korir y Sharon Lokedi.

Lokedi no solo ganó, sino que batió el récord del circuito que desde hace once años ostentaba la etíope Buzunesh Deba con 2h19:59. En una mañana ideal, con escaso viento y 12º C en la meta, la atleta de 31 años paró el cronómetro en 2h17:22, una gran marca personal para ella, que apenas había bajado de 2h23 precisamente el año pasado en Boston, cuando cedió ante su compatriota Hellen Obiri. "No me esperaba algo así, fui muy rápido, y no lo estaba mirando", declaró después a la WCVB, que retransmitía la carrera en Estados Unidos.

En 2025, Lokedi le dio la vuelta a la tortilla y demostró una vez más que el maratón anual más antiguo del mundo está pensado para corredores tácticos como ella, que en agosto se quedó a las puertas del podio en los Juegos Olímpicos de París 2024, y que se mantuvo siempre en el grupo de cabeza. Se dio el gusto de pasar primera por el medio maratón, en 68:46 minutos, después se refugió tras la fila india que formaron las etíopes Yalemzerf Yehualaw y Amane Beriso, las más rápidas, y Hellen Obiri, y guardó energías para el duelo final, a partir del kilómetro 35, con Hellen Obiri, a la que privó de su tercera victoria consecutiva.

La velocidad de la pista de Obiri, mostrada en otras ocasiones, le hacía favorita sobre el papel, pero su braceo agónico, puños a la cara como una boxeadora, no transmitía las mejores sensaciones, a pesar de que declaró llegar en el mejor estado de forma de su vida. Lokedi tomó la iniciativa, se acercó a un ritmo de 3:04 minutos el kilómetro, el más rápido de la carrera, y antes del kilómetro 40, de bajar y subir los túneles que dan paso al centro de Boston, le sacó 15 metros que acabaron por resultar definitivos. Solo 19 segundos les separaron en la meta, y Obiri rompió por primera vez la barrera de las 2h20, una limitación que no le había impedido ganar tres grandes maratones.

Lokedi, criada en el sistema universitario estadounidense, y campeona allí de los 10.000m en 2018, se apuntó su segundo gran maratón tras su victoria en 2022 en Nueva York en su quinta carrera en los 42 kilómetros.

Para John Korir, de 28 años, Boston también supuso su segunda gran victoria tras ganar el pasado octubre el Maratón de Chicago. El keniano encontró el momento exacto en el kilómetro 34, remontada la colina de Heartbreak Hill, el punto más duro del recorrido, el lugar que eligió para cambiar el ritmo y correr en solitario a por la gloria, piernas que rebotan, brazos que se mueven como si en lugar de enfrentarse a un esfuerzo supremo simplemente trotara, y un ritmo que le puso su cuerpo por encima de los 20 kilómetros a la hora, y solo entrando en la ciudad, casi en el kilómetro 40, ralentizó un poco con una diferencia suficiente sobre sus rivales para saberse campeón.

Cuando Korir entró en meta en 2h04:45, el segundo mejor tiempo de siempre, y repitió la victoria que su hermano mayor, Wesley Korir, logró hace 13 años en la mítica carrera. "Empecé a apretar después de 20 millas [del kilómetro 32]", recordó el keniano, que ha preparado la carrera con tiradas largas en su país, y que cuando aceleró el ritmo ya no tenía como rival a Sisay Lemma, el hombre más rápido en la salida, que tuvo que pararse poco antes a estirar sus piernas doloridas, y tampoco a Evans Chebet, que tampoco mostraba las mejores sensaciones para hacerse con su tercer triunfo en Massachussets. 

Los estadounidenses se quedaron con las ganas de ver a uno de los suyos en el podio. Connor Mantz llegó a Boylston Street con opciones, pero cedió cuatro segundos con Felix Simbu y Cybrian Kotut, todos en 2h05, mientras que el doble campeón mundial de 5.000m, el etíope Muktar Edris, debutó en la distancia con 02h05:59.

Tras él, sexto, llegó el primer atleta de Puma, el canadiense Rory Linkletter, que con 2h07:02 rebajó en 59 segundos su marca personal y probó la eficacia de las nuevas zapatillas Fast-R NITRO Elite 3, que prometen una mejora del 3,15% en la economía de carrera, el calzado del que más se ha hablado en los últimos días en Boston, donde la marca alemana lo estrenaba con resultados tan prometedores como el futuro de Lokedi y Korir en la maratón.

Fuente:www.runnersworld.com/

lunes, 29 de abril de 2024

Por esta razón los récord Mundiales de Maraton establecidos en Bostón no son válidos

Establecidas en 1990, las reglas del maratón de World athletics requieren varios factores para un récord mundial que el recorrido de Boston no logra alcanzar. En primer lugar, Boston es un maratón “punto a punto”, lo que significa que viaja de un lugar a otro durante el transcurso de la carrera. Esto es diferente a muchos otros maratones notables (y versiones olímpicas), que viajan en bucle. Viola una sección de la regla 260.21 de World Athletics que establece: Los puntos de salida y llegada del recorrido, medidos a lo largo de una línea recta entre ellos, no estarán separados más del 50% de la distancia de la carrera. El segundo problema con el campo de Boston es que cambia la elevación de manera dramática. A pesar de la presencia de varias colinas prominentes, los corredores de Boston descienden 140 metros (459 pies) a lo largo de la ruta de 26,2 millas. Esto viola otra regla de World Athletics: La disminución global de la elevación entre la salida y la llegada no excederá una media de un metro por kilómetro. El rumbo de Boston, para que conste, cambia a un promedio de aproximadamente 3,33 metros por kilómetro. 

¿Por qué esto importa? Porque correr en una sola dirección (la salida de Boston en Hopkinton está a 25 millas de su meta en Boylston Street) puede hacer que un competidor reciba asistencia por viento. Este es también un fenómeno que afecta los récords de velocidad. Los cambios de altitud también pueden alterar las condiciones estandarizadas que se requieren para un récord mundial de maratón. El ejemplo más destacado de esto se produjo en 2011, cuando el ganador masculino Geoffrey Mutai rompió el entonces récord mundial al correr un maratón de 2:03:02 en Boston. Su tiempo, debido a las normas de World Athletics, no se contó oficialmente. Y, como para demostrar el sentido de la regla, Mutai se benefició de un útil viento del suroeste. Según la Asociación Atlética de Boston, estos hitos se consideran "los mejores del mundo", pero no récords mundiales.